El ASA dice que los anuncios, que cuentan con Lucy Pinder y su amplio escote, "establece un vínculo entre la compra del producto y el sexo con las mujeres, y al hacerlo, se vería a mujer como un objeto".
Unilever, responsable de la marca, respondió a las quejas asegurando que la campaña iba dirigida al mercado de los jóvenes y que estos "se sentían cómodos con el relato, el tono y el contenido de las publicidades de la marca". La compañía agregó que, aunque la modelo estaba vestida con poca ropa, "no estaba desnuda".
El organismo de control publicitario finalmente prohibió la campaña de Internet.
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