Estos dos comentaristas de futbol son muy cachondos y han hecho un experimento.
Ahora ya no se cabrean cuando les meten un gol a su equipo favorito, porque los tíos les han puesto a los jugadores unas pulseras que emiten electroshocks y que estos dos hombres controlan por mandos. Cuando no les mola algo que ha hecho un equipo… ¡Zas! Muerte y destrucción para ellos. ¡Buenísimo!
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