¡Cuántos momentos mágicos nos ha regalado la teletienda! Eso anuncios absurdos, interminables, que te intentan convencer de las cosas más inverosímiles, a veces presentados por los famosos más inesperados (yo aún estoy en estado de shock por ver a Chuck Norris en la teletienda). Da rabia cuando pillas un canal solo de anuncios, pero hay que saber verles la gracia.
Por ejemplo, observad cómo un amable señor americano nos intenta vender un aparato llamado Slap Chop que te corta casi cualquier cosa (pensado para alimentos, no para descuartizar cadáveres) en pedacitos minúsculos.
A parte de lo ridículo del objeto, lo más gracioso es el acento del carismático presentador, que se ha aprendido religiosamente un texto en español cuando a todas luces nuestro idioma no es su lengua materna. Además, parece que esté colocado o algo. Yo a este tío no le compraba ni unos kleenex. Impagable el momento en el que tira el chisme a su espalda y se carga la persiana.
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